El blog de Shackra

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“No seas tan abierto de mente o tu cerebro se caerá” ~G.K. Chesterton

Cómo perder amigos

Existen miles de razones por las cuales perdemos amigos: por cerrucha pisos, por puñales, por chismosos, por burlistas, por frívolos, por ingratos, por malagradecidos, por estúpidos, por interesados, por metiches... tantas formas como alcance la imaginación. Pero desde el año pasado he tenido una gran revelación, hay otra forma de perder amigos: por amarles.

Con «amar» no me refiero coger a besos a nuestros amigos, de hecho, esa es la basura de concepto que los medios (allá desde la invención de los relatos fantásticos que se contaban al rededor de una fogata hasta nuestros días, con exitasos como "Pasión de Gavilanes", "Pedro El Escamoso" y "Betty La Fea") nos han vendido (o para ser justos: los concepto que son propios de el afecto y la atracción sexual, más no del amor), y nos creemos como verdadera, concepto que no nos permite ver la realidad del amor, la realidad de «amar al prójimo como a sí mismo». Cómo ya mencione anteriormente, por «amar» queremos decir que es la «búsqueda por el bienestar del ser amado, aquello que le hace feliz y le perfecciona como tal», y esta es por supuesto la definición clásica del verbo. Estoy seguro que la primer parte de la definición es clara para la mayoría, más no después de la coma, después de lo que hay de la coma nos confunde a todos.

«Aquello que le hace feliz» es engañoso, por que a personas diferentes les hace felices cosas diferentes ¿No? Por ejemplo, a mi me «hace feliz» desarrollar software, eso toma tiempo, mucho esfuerzo y concentración mental, en cambió, a Katherine le puede fascinar el desarrollo de software tanto como golpearse las dos tetas, dos veces; A ella le «hace feliz» ir de compras con las amigas y hablar de los novios que tienen. Cómo ven, a dos personas diferentes les «hace feliz» cosas completamente distintas. Pero, oh sorpresa, han sido engañados por completo; La definición clásica de amar no nos habla de la felicidad psicológica (por ponerle algún nombre), sino de una felicidad «distinta» y más importante que la felicidad psicológica, por ejemplo, observemos un lápiz HB2 amarillo, cuando tu lo coges y escribes una bella carta de amor, el lápiz es «feliz», no por que hayas escrito poesía con rima para tu novia o por que le abras tu corazón a esa chica que siquiera sabe que existes. El lápiz es «feliz» porque alcanzo su finalidad natural, para lo que fue creado en principio: escribir. Ahora imaginemos que un amigo tuyo te a regalado un espectacular calendario de Pamela Anderson, calendario que piensas colgar en tu cuarto. A tu mamá no le gusta mucho la idea, pero no te importa y haces caso omiso, ya estas muy grande como para seguir viéndole los pechos plástico a las Barbies de tu hermana menor, así que vas a tu cuarto para hacerle un hueco (a la pared, no a Pamela). Imaginemos que ignoras el fin natural del lápiz HB2 amarillo, de hecho, te importa un pito para qué fue hecho, necesitas hacer un hueco en la pared de tu cuarto y usaras el lápiz para hacerlo ¿El resultado? Tu preciado lápiz HB2 amarillo es un montón de astillas, esta completamente roto, completamente dañado y posiblemente no lo puedas usar nunca más (¡mae! mejor te hubieras buscado un taladro).

Cuando leemos la definición, veremos que también incluye «y le perfecciona como tal» Si entendemos lo que trate de explicar arriba, entenderemos que deseamos decir por «le perfecciona como tal», volvamos con el ejemplo del lápiz HB2 amarillo. El lápiz fue creado para escribir, cuando el lápiz alcanza su finalidad, es «feliz». ¿Cómo podemos perfeccionar al lápiz, según su naturaleza y finalidad? Bueno, una forma es sacándole punta. A veces, cuando un lápiz trata de alcanzar su finalidad su punta suele romperse o la misma pierde finesa, entregándonos trazos feos y grises, de ahí que es necesario sacarle punta al lápiz de vez en cuando, así lo perfeccionamos según su naturaleza.

Entonces, para saber qué es bueno y que es malo para ti y para los demás, lo más indicado es que estudies de forma objetiva la naturaleza y finalidad del ser humano, sin dejar de lado lo concerniente a lo moral, así podrás amar a tus amigos como es debido, hacerles felices y perfeccionarlos según su naturaleza. Aunque aquí es cuando los pierdes...

Alejandro se masturba unas 20 veces al día, Katherine esta embarazada por tercera vez de su novio; piensa hacerse otro aborto, Matías consume marihuana, Roberto tiene cuatro "novias" en lugares distintos de la ciudad, Mariana dice que desea ser hombre y suele vestirse como tal, y Pedro usualmente miente. Alejandro, Katherine, Matías, Roberto, Mariana y Pedro son tus amigos de toda la vida. Tienen un estilo de vida diferente al tuyo, es normal ser diferentes, sin embargo, tus cinco amigos presentan ciertas anomalías con respecto a ciertos aspectos de sus estilos de vida que sencillamente no puedes ignorar, la conciencia te lo impide. Entonces podrías hablar con cada uno de los cinco en su debido momento, corregirles, y así evitar que se dañen a sí mismos, como en el ejemplo del lápiz y el calendario de Pamela Anderson, lo haces porque amas a los cinco ¿No?.

Cuando decimos al prójimo «oye, esto que haces o vas a hacer esta mal, por esta, esta y esta razón, seria mejor que lo dejaras para que no te dañes», lo primero que suele salir de la boca de quien tratamos de corregir es una variación de «¡Que te pasa conmigo! ¿Me vas a sermonear? ¿¡Te crees tan superior a mi para decir lo que esta bien y lo que esta mal!?», cualquiera te dirá que la reacción es normal porque "nadie es poseedor de la verdad absoluta, y todos tenemos nuestra propia verdad, así que respeta". ¿Ves que fácil? Te enfrentas a dos cosas distintas, por un lado tienes al ego de tu amigo llenándole los oídos para que no te escuche, y por el otro tienes un despliegue de relativismo (¿moral?) («lo que es verdad para ti no es verdad para mi»). Seria un regalo oír a cualquiera de los cinco decir «uh, ¿En serio? No lo sabia, explícame eso a fondo...», pero eso es casi imposible o utópico, porque para ello es requerido que tus amigos tengan control sobre su ego y no su ego sobre ellos, además de olvidarse de la basura relativista ¿Y como piensas que lo harán sí en principio ellos, al igual que tu, no han logrado dominar sus vicios y enterrar sus excusas? «Déjame, soy yo no tu», «¡Todo el mundo lo hace!», «Es mi cuerpo, Yo decido y no tu», «No estoy dañando a nadie, déjame en paz», «No me hace daño, ¡en serio!», etc., tu acto de caridad se a convertido en una amenaza para el universo de los demás, y uno no es amigo de las amenazas.

Suele oírse una frase en la calle que te ayuda a no pasar de ser amigo a ser amenaza es la de «no meterse en lo que no te importa» o lo que es lo mismo «trágate tu crisis de conciencia con todo y tu amor hacia los demás», sin embargo, tenemos que enfrentar la contradicción de un amor hacia los demás condicionado, y ya que el amor es infinito, al cortarlo o darlo bajo ciertas condiciones, no estaremos hablando de amor sino de otra cosa. Si no amamos a nuestros amigos, entonces es difícil decir que somos amigos en realidad, somos otra cosa, pero no amigos. Concluimos entonces que la frase no la podemos poner en practica si pretendemos ser verdaderos y auténticos amigos de Alejandro, Katherine, Matías, Roberto, Mariana y Pedro.

Ser buenos es fácil, hacer el bien es muy difícil. De hecho, es más fácil hacer el mal porque necesitas hacer nada para conseguirlo. Si no sueles entrar en un conflicto con tus amigos cuando deseas conducirlos de vuelta, de una forma muy caritativa, por el buen camino entonces no eres el buen amigo que pensaste que eras después de todo.

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