El blog de Shackra

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“No seas tan abierto de mente o tu cerebro se caerá” ~G.K. Chesterton

Confundiendo belleza con atractivo sexual

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Tengo la idea rara de que hay una diferencia enorme entre atracción/atractivo sexual y belleza. Y la sospechosa impresión de que hoy día hemos confundido lo primero con lo segundo.

No quiero decir que la atracción/atractivo sexual sea malo en sí mismo. De hecho, es algo bueno. Pero como dije, tengo la sospechosa impresión de que hemos confundido la belleza con el atractivo sexual, entonces cuando la persona humana se desea presentar a los demás como alguien bello, termina presentándose como mero objeto sexual, y el problema recae en que esta presentación de la persona humana termina transporando al observador a una falsedad, una falsedad sobre la persona humana, la reducción de su ser a la realidad de una de sus partes que lo conforman.

Cuando esto sucede, el infractor (la persona que se presenta hacia los demás en la forma equivocada) se dice, deja de ser casto. Y lo mismo, como es lógico, puede suceder con los observadores por el mero hecho de dejar volar su imaginación. Porqué la castidad significa:

la integración lograda de la sexualidad en la persona, y por ello en la unidad interior del hombre en su ser corporal y espiritual. La sexualidad, en la que se expresa la pertenencia del hombre al mundo corporal y biológico, se hace personal y verdaderamente humana cuando está integrada en la relación de persona a persona, en el don mutuo total y temporalmente ilimitado del hombre y de la mujer.

es por ello que

La virtud de la castidad, por tanto, entraña la integridad de la persona y la totalidad del don. (CIC 2337)

Muy difícilmente se puede decir que alguien es bello si no es casto, porque la belleza entraña ciertas condiciones, como lo expresa San Agustín en De vera religione1

En todas las artes complace la conveniencia, (o sea la armonía) sólo por la que todas las cosas son seguras y bellas; la misma conveniencia apetece igualdad y unidad, o la semejanza de las partes iguales, o en la proporción de las desiguales

No ser casto es la sobredimension de una característica de la realidad de la persona por sobre las demás, no necesariamente del carácter sexual aunque es la más común y sobre la que estoy tratando, y por tanto, no ser casto equivale a no ser bello.

En resumen, hay que comprender, al menos por sobre la superficie, que es la belleza si deseamos presentarnos como seres bellos ante los demás. De lo contrario, no tendremos excusa de quejarnos cuando alguien nos ponga una pachotada en una de nuestras fotos de Facebook.

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