El blog de Shackra

Catolicismo Emacs Software libre

“No seas tan abierto de mente o tu cerebro se caerá” ~G.K. Chesterton

En efecto, el software libre no es una religion, pero...

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Un amigo en el grupo de Facebook “Linux Latinoamérica” nos comparte un articulo de opinión escrito por Gabriela Gonzales para el blog de tecnología Hipertextual. Lo he leído, y me gustaría escribir acá sobre algunas cuestiones que encontré en esa opinión.

Comienzo con decir que en efecto, el software libre no es una religión, dicho movimiento no te relaciona con algo trascendente por medio de ciertas practicas o códigos de conducta que sean precepto seguir. Pero...

Pero algunos identifican erróneamente lo estricto del movimiento en relación al uso y distribución de software privativo con alguna clase de fanatismo religioso. El problema con las personas que hacen esta errónea relación es que no comprenden lo importante que es el software libre más ahora que nunca, y esa importancia aumenta cada vez más con el correr de los años ya que así también aumenta la innovación tecnológica.

Una frase con la que RMS comienza sus charlas, y que me gusta mucho usar cuando explico a las personas de a pie qué es el software libre y qué es el software privativo reza (más o menos) de la siguiente manera:

En el software, solo existen dos posibilidades: O los usuarios controlan el software, o el software controla a los usuarios. En el primer caso, a ese software lo llamamos software libre. Y en el segundo, lo llamamos software privativo.

Cierto problema parece develarse, pero la explicación por si sola no basta. Necesitamos un contexto. El contexto es el siglo XXI, un siglo donde la tecnología esta en todas partes, tanto fuera como dentro de nosotros (en aparatos como marcapasos, por ejemplo).

Para entender porque las personas dentro de el movimiento del software libre son tan estrictas en evitar y no recomendar software privativo, hay que comprender un tercer factor: el ser humano.

Recuerdo al santo padre, el Papa Pablo VI en su encíclica Humanae Vitae (párrafo 17), advertir de los estragos que causara en los hombres el uso de métodos artificiales de la natalidad, como por ejemplo, la apertura a la facilidad para la infidelidad conyugal, la degradación general de la moralidad y también la terminación de su respeto por la mujer considerándola como simple instrumento de goce egoísta. Y 46 años más tarde ¿Qué tenemos gracias a éste adelanto tecnológico en el campo sexual? Pornografía por todas partes y salida de todos lados (“la mujer considerada como simple instrumento de goce egoísta” ¿recuerdan?), divorcios (sean por motivos de infidelidad u otros), entre otras cosas más. El ser humano es tentado a hacer el mal, y muchas veces cae, y ese mal se puede magnificar a través de otros medios como los tecnológicos; como Católico para mi no cabe duda. Si tanto daño a la mujer se ha hecho con el adelanto tecnológico de los métodos artificiales para la regulación de la natalidad que hoy en día se proclama a viva voz como elemento emancipador para ella ¿Qué daños experimentaremos con los adelantos que el software privativo nos traiga en el futuro cuando hoy en día se defiende su uso por traer innovación?

Tenemos entonces que, la tecnología en el siglo XXI es una cosa muy importante para muchos, y que esta prácticamente en todas partes. Que existe una cosa llamada software privativo que controla a sus usuarios. Por ultimo, el hombre, cuya naturaleza es una naturaleza caída, es propenso a pecar, y que los estragos de su pecado se pueden magnificar por la vía tecnológica. Algunos dirán que estos tres factores son los ingredientes perfectos para un coctel de paranoia basado en supuestos, y aunque algunos factores no se sustentan en meras suposiciones, la existencia del software libre y un movimiento que lo respalde y lo hacen vivir no seria necesario si esos supuestos no existieran.

Las personas pueden ver coartada sus libertades gracias a la tecnología, que es casi omnisciente, y según lo dicten personas inescrupulosas; sean gobiernos, grupos de personas pudientes, o cualquier otro. Estrictamente hablando, el software privativo es el software que permite a unas pocas personas controlar a muchas otras. Recordando a C.S. Lewis en su ensayo La abolición del hombre cuando habla sobre el poder del hombre sobre la naturaleza:

La conquista de la Naturaleza, si se cumple el sueño de ciertos científicos planificadores, resultará ser el proyecto de algunos cientos de hombres sobre miles de millones de ellos. Ni hay ni puede haber incremento alguno del poder por parte del Hombre. Todo poder conquistado por el hombre es también un poder ejercido sobre el hombre.

Éste es el miedo más profundo de cada persona que se toma en serio el movimiento de software libre, personas que son calificadas como fanáticos religiosos por otras que, o no entienden el peligro sobre el cual se están posando, o lo entienden a cabalidad pero son unos amantes de la mediocridad (es apropiado decir que las personas que se toman en serio su religión también son propensas al mismo calificativo por el mismo tipo de personas. No se niega que existan los fanáticos religiosos como tales, pero debo decir que es un fenómeno distinto a tomarse en serio su religión).

Es verdadero que algunas personas nuevas al movimiento cometan graves errores en la actividad de hablar de él con sus allegados, pero no por eso se sigue que el movimiento de software libre no deba tomarse en serio. Considero que si alguien como el abogado Eben Moglen o el tecnólogo Bdale Garbee trabajan y hablan a favor del software libre, es porque alguna importancia a de tener.

Las marcas compiten para traer innovación a quienes le compran y si es posible, robarle clientes a la competencia, y verdaderamente es muy atractivo comprar una portátil de ultima generación incompatible con cualquier distribución libre de GNU/Linux a comprar, por ejemplo, una Libreboot T60 de la cual soy orgulloso dueño. Pero la diferencia entre alguien que compra una maquina sólo es compatible con software que le controla a este trozo de hardware desde el cual escribo radica en que yo soy verdadero dueño del computador, yo le controlo a él y no al revés; soy capaz de hacer ejercicio de mis libertades sobre la tecnología.

Por ultimo, me gustaría decir que rechazo la idea que la primer libertad sea la libertad de escoger. Propondría más bien que, como explica Juan Pablo II, la libertad es el derecho que tenemos de hacer lo que es debido, y que sin éste entendimiento real del termino libertad la cosa que llamamos libertad de escoger sera una cosa ilusoria.

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